La agricultura intensiva es una industria millonaria que llega a representar el cuarenta por ciento de la riqueza de algunos países. Sin embargo, a nivel global, es la responsable de la quinta parte de la emisión de gases invernadero. La solución a este problema se halla en la agricultura sostenible, la cual reúne las prácticas necesarias para continuar proveyendo al mundo de alimentación. Sin que ello implique la destrucción de nuestro ecosistema y minimice las consecuencias del cambio climático.
La agricultura intensiva vs. la agricultura sostenible
Antes de que se empezara a hablar de calentamiento global y de cambio climático, nadie se había planteado el hecho de que la agricultura intensiva era una práctica que podría hacerle pagar al planeta un alto precio.
Es un hecho que la agricultura intensiva es la responsable del veinte por ciento de la emisión de gases invernadero. Además, del consumo del 70% del agua de todo el mundo. Esta situación hizo que quienes están comprometidos con la sostenibilidad encendieron la alerta roja poniendo el énfasis en la sobreexplotación de los recursos naturales.
Después de una profunda investigación, se ha llegado a la conclusión de que la respuesta a este problema se encuentra en la práctica de una agricultura sostenible. Un modo de producir alimentos para el mundo entero a través de métodos enfocados a la eficiencia y a frenar la sobreexplotación de recursos.
Los pilares de la agricultura sostenible
- Preservar la biodiversidad del suelo: para hablar de agricultura sostenible. Es necesario hacer alusión al mundo de microorganismos que conforman el suelo en el cual se producen nuestros alimentos.
La razón por la que las frutas y los vegetales son tan saludables es porque nos aportan vitaminas y minerales. Deben ser cultivados en un suelo de calidad, ya que un suelo empobrecido y agotado no provee a sus cultivos los nutrientes a nuestro cuerpo. El resultado es que terminamos consumiendo alimentos con un escaso valor nutricional.
Por lo tanto, uno de los objetivos primordiales de la agricultura sostenible es el cuidado del suelo. Mediante acciones destinadas a reducir el impacto de la erosión y a preservar la biodiversidad existente en la tierra. Las medidas que se han planteado para dar solución a este tema es la rotación de cultivos alternándolos con abono verde cuando la tierra está en barbecho.
- Reducción de la huella ambiental: otro de los pilares de la agricultura sostenible es poner un freno en el uso de plaguicidas y fertilizantes químicos. Estos productos químicos tienen efectos nocivos para el medio ambiente y, en el caso de los plaguicidas, también sobre la salud humana. Por otra parte, también se propone reducir el uso de la energía eléctrica empleada en la producción sobre todo la producida mediante combustibles fósiles.
- Uso eficiente del agua: de acuerdo al objetivo número seis de los ODS. (Objetivos de Desarrollo Sostenible, se pretende poner el agua potable al alcance de toda la población mundial para el año 2030.)
Teniendo en cuenta que la agricultura intensiva es uno de los mayores consumidores de agua potable es por tanto un hándicap para lograr este objetivo. Precisamente la agricultura sostenible se presenta como alternativa combatiendo de forma eficiente contra el estrés hídrico que está sufriendo el planeta. ¿Como? Mediante prácticas destinadas al uso eficiente del agua, solo así se podrá continuar produciendo sin que ello implique poner en peligro el suministro de agua potable en el mundo.
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Tres consejos de Benbergy para que practiques la agricultura sostenible
Para terminar este artículo, decidimos recurrir a Bengy, nuestro investigador privado. Quisimos que nos diera tres consejos especialmente para ti, para que puedas aplicar la agricultura sostenible sin que ello te represente una pérdida económica. ¿Y sabes qué nos dijo? Todo esto:
- Planta cultivos de muchas especies: cuando nos trajo este consejo, no pudimos reprimir la curiosidad que nos generó, así que le preguntamos por qué se debe plantar vegetales con diferente genética, y su respuesta fue la siguiente: <<cada especie presenta resistencia a determinadas cepas de plagas. Por lo tanto, si plantas frutas y vegetales de la misma especie, solo tendrás protección contra determinadas amenazas a tus cultivos, mientras que las otras se darán una fiesta en tu huerta. Sin embargo, cuando varías la genética de tus cultivos, las plagas encontrarán una barrera mucho más difícil de franquear y, como ya te estarás imaginando, necesitarás mucho menos plaguicida>>.
- Usa abonos orgánicos: Bengy nos dijo que una de las claves más importantes de la agricultura sostenible es evitar la aplicación de químicos. Para que tus cultivos crezcan y las personas no puedan resistir comprarlos de lo tan turgentes y coloridos que se pongan al madurar. Así que nos pidió que te dijéramos que el abono natural como el compost, el humus de lombriz o el guano son la mejor alternativa. La mejor para obtener una espectacular y sanísima cosecha a la vez que proteges el medio ambiente.
- Apuesta por los cultivos autoctonos: las frutas y vegetales típicos de nuestro país ya se encuentran adaptados al tipo de suelo, climatología e incluso plagas que tenemos. Por lo tanto, según Bengy, usa plantones o semillas autóctonas. Así no solo optimizarás todos los recursos locales de la manera más eficiente, sino que obtendrás unas cosechas que serán la envidia de tus vecinos.
Y ahora cuéntanos tú, ¿cuál de estas medidas te parece más viable de utilizar de acuerdo a tu situación actual?